miércoles, 7 de mayo de 2008

DE fútbol y niños en el Ecuador

Apareció esta nota en El Comercio, buscando imágenes me encontré con esta otra, a la derecha...de niños y de fútbol en el Ecuador

En Llangahua se patea con botas

Los cachetes de Lida Margarita Túqueres están rojos por el frío y por el ejercicio. Juega de delantera por la derecha, pero cuando puede baja a colaborar en la media cancha y con ello el equipo gana en creatividad a la hora de atacar.

La niña, de 12 años, no es muy alta pero su velocidad le permite evitar las embestidas rivales. Lida Margarita corre por toda la cancha cuando es necesario, sus botas de caucho negras y desgastadas no paran su ingenio, y su poncho rojo tampoco le resta movilidad.

Los niños de otros lugares que han venido a jugar aquí sí sienten la falta de oxígeno”: Jaime Cholota

Se la ve disfrutar el fútbol sin importarle los inconvenientes deportivos de vivir en Llangahua. Esta comunidad está alejada del ‘mundo moderno’ y el fútbol se practica en potreros o pisos de tierra con arcos de madera unidos por sogas. Los jugadores llevan -para evitar los vientos fríos- ponchos, bufandas y de vez en cuando zamarros... sobre todo en el invieno de estas montañas y praderas del suroccidente de Tungurahua.

Aquí, a 35 kilómetros de Ambato, nada es un impedimento para sentir el fútbol. Ni se discute si es bueno o malo jugar en la altitud, solo se patea el balón a 3 800 metros. Cuando a Fausto Punina se le preguntó qué opinaba sobre la prohibición de jugar sobre 2 750 metros regresó a ver a sus amigos de cancha y dijo: “No sé”. Poco se conoce de las noticias futboleras y por eso ni Macará ni Técnico Universitario, equipos de Tungurahua, son ídolos en esta comunidad indígena.

Liga de Quito o Barcelona ni existen en el imaginario de los chicos. El único equipo que palpita en el alma de Punina es la Selección nacional porque tiene en su casa un DVD de la ‘Tri’ disputando el Mundial de Alemania 2006. “Me gustó el partido con Costa Rica”, dice tímidamente Punina, pero no recuerda qué equipo ganó ese torneo.

Los canales de TV no llegan a este páramo y por eso no saben que la Liga de Quito es el puntero del Campeonato ni conocen que Francisco Cevallos volvió a la Selección. Pero Ángel Túqueres, de 15 años, sí se alegra cuando habla del Mushuk Ñan, equipo al que admira y que compite en la Liga Llangahua cada domingo. Pero para ver los partidos debe caminar más de media hora.

Para disfrutar el fútbol no es necesario viajar tanto. Los jóvenes y niños de la comunidad Llangahua se quedan a diario pateando el balón en la canchita de la Unidad Educativa Llangahua, la única del pueblo. Aquí las botas, que regularmente se usan para pasar los pantanos y charcos camino a casa, sirven de botines de fútbol y hasta de canilleras, como dicen entre sonrisas los mismos chicos antes de armar un partido.

La llegada del fútbol es aún un misterio

Nadie sabe cómo arribó el fútbol a esta comunidad. El profesor Javier Asas Toalombo recuerda que cuando él era guambra ya se jugaba. “Debe haber venido, hace unos 40 años, con los comerciantes o con la gente que sale del pueblo”, dice mientras sigue con su vista a Lida Margarita, la pequeña que le mete ganas en un partido organizado entre los equipos femeninos de la Sub 15 y Sub 17.

El fútbol ha tomado fuerza en el pueblo en los últimos ocho años y desde el año pasado los 199 estudiantes saborean un poco de técnica y táctica del rey de los deportes. El profesor de cultura física Jaime Cholota llegó para ayudar a los pequeños y adolescentes y eso ha motivado a todos.

La diminuta Lida Margarita es tímida y casi cerrando los ojos cuenta que “el profesor (Cholota) me enseñó a jugar” ¿Y qué te gustaría hacer de grande? “Jugar más fútbol”, responde con una leve sonrisa y un español mezclado con quichua, en medio de las risas de sus compañeras de equipo.

El profesor Cholota también está feliz con los muchachos y muchachas. “El deporte ha ayudado para que todos socialicen y se integren. Gracias al fútbol salen a jugar torneos provinciales”.

La preparación incluye cambios en los jóvenes

Cuando el profesor de cultura física llegó a Llangahua no había orden dentro de la cancha. De hecho, hasta hoy se nota en los muchachos de sexto curso que solo revientan la pelota cuando esta llega a sus botas. Aunque sí meten ñeque e intentan cabezear, sacándose el sombrero, porque no se lo quitan para jugar. Cholota explica que con ellos es más duro trabajar. “Ya tienen muchas mañas y son más rígidos”.

En estas comunidades es una tradición fajar a los recién nacidos y eso para el maestro es un problema porque pierden movilidad si en la adolescencia no hacen deporte. Los más pequeños, aquellos de las categorías Sub 15 y Sub 13 muestran progreso en indorfútbol incluso Iván Rodrigo Mazabanda, arquero de 13 años .

Este niño se escupe en las manos antes de tapar un tiro penal. No tiene guantes pero sueña con ser algún día, el arquero de la Selección de Ecuador.

Luego de cada ‘balazo’ solo sacude las manos y sigue atento al juego de sus compañeros. Una colega bajo el vetusto arco de madera es Marcia Tixalema, de 13 años. Tampoco utiliza guantes y usa más sus piernas para atajar, aunque si hay que meter la mano, la mete. “Ya no me duele mucho”, dice, también tímidamente.

La pequeña Marcia tiene también los cachetes rojos y algo sucios por el polvo de la zona. Ella fue heroína el año pasado, porque tapó más de un penal en una final intercomunitaria. Por ahora su sueño es jugar fútbol hasta cuando pueda. En Llangahua la mayoría de jóvenes termina el colegio y muy pocos van a Ambato a continuar los estudios académicos en la universidad. La gente se dedica a la agricultura y al ganado.

Los martes se realiza una feria y mientras algunos adultos se dedican a jugar ecuavoley, el otro deporte favorito, otros prefieren ingerir alcohol. Pasado el mediodía, el sol solo está de adorno, la temperatura se estanca en seis grados y la llovizna espanta solo a los extraños a Llangahua. Lida Margarita y sus amigas siguen pateando una pelota, envueltas en ponchos rojos y enlodándose las botas.

La foto no es del articulo!!!! pero me pareció bien
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